Un legado de nuestro Libertador: José Joaquín de Olmedo
" El poder público no es una propiedad que se adquiere, no es un fuero, no es un premio que la nación concede; es una carga honrosa y grave, es una confianza grande y terrible, que lleva consigo grandes y terribles obligaciones. El ciudadano investido del poder no tiene más derechos, ni más prerrogativos que la de tener mayores facultades para hacer el bien, y la de ser el primero en marchar por la estrecha senda de las leyes"